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martes, 1 de marzo de 2011

Los cinco grandes medios abogan por la excelencia de Wikileaks

"Hoy el mundo tiene dos superpotencias: la fuerza de la plutocracia militar en Washington y la fuerza de la opinión pública. Éste debería ser el ámbito del verdadero periodismo." Basta de mentiras, John Pilger


    Aunque el tema de las filtraciones no es nuevo -el caso más famoso fue protagonizado en 1971 por Daniel Ellsberg, agente de la CIA que filtró los documentos del Pentágono relaccionados con la guerra de Vietnam y cuya historia se relata en el documental El hombre más peligroso de América-, sí es de otras dimensiones en cuanto a amplitud geográfica, consolidación global de internet y cantidad de registros se refiere y si en el caso de Dan Ellsberg se manejaban unos 7.000 documentos ahora nos referimos a 250.000 aproximadamente y esto afecta de una manera importante a la manera de trabajar y a la concepción y el futuro del periodismo. Este es el motivo que impulsó a EL PAÍS a organizar un debate con los directores de los otros cuatro medios a los que Wikileaks confió los archivos que le fueron filtrados confiando en que fueran difundidas estas historias de interés general que ocultaba el Pentágono al resto del mundo apoyándose en una prensa de referencia capaz de contextualizar y dar sentido a tan ingente cantidad de material clasificado. Se trata de las cinco cabeceras de periodismo de referencia internacional: The New York Times, con Bill Keller; The Guardian, con Allan Rusbrisger; Der Spiegel, con George Mascolo; Le Monde, con Sylvie Kauffman y EL PAÍS, presidido por Javier Moreno, que invitó a los otros cuatro medios internacionales al debate titulado: El futuro del periodismo. Wikileaks, revoluciones y el nuevo escenario informativo. El acto se celebró el pasado miércoles 23 de Febrero a las 18:30 en el Auditorio del Museo del Reina Sofía de Madrid, en Atocha.



    Unos compañeros de la Universidad Carlos III de la licenciatura de Periodismo y yo fuimos los primeros en llegar a las puertas del Auditorio Reina Sofía, donde estuvimos esperando desde las 15:30 hasta las 18:15, momento en que nos acomodamos en el local que tenía un aforo de 425 personas sin contar a los 40 estudiantes de la Escuela de Periodismo de EL PAÍS en la UAM situados tras los cinco periodistas que nos contarían su experiencia sobre Wikileaks y su repercusión en el futuro del periodismo. A las 18:30 proyectaron un vídeo sobre cómo llevó a cabo el proceso de análisis de los cables el periódico EL PAÍS.  Entretanto, se podía seguir el evento a distancia desde redes sociales como Twitter o Eskup para participar en directo con el límite de los 140 caracteres desde la dirección: http://cort.as/ob6W#pconfuturo, una de cuyas intervenciones iniciales que aparecía en el Twitter inquiría: ¿Por qué los directores del pasado debaten sobre el futuro del periodismo?


Presentación del debate
Vicente Jiménez, director adjunto de EL PAÍS presenta el acto, agradeciendo la asistencia a los 40 alumnos de la Escuela de Periodismo de EL PAÍS que estudian en la UAM, y, antes de proyectarnos un vídeo, nos invitó a reflexionar sobre lo que sucedió hace 30 años, cuando un grupo de periodistas se estaba preparando al día para sacar la primera edición del 24-F y que supuso un reto fundamental para la democracia de España. Resume los temas que analizarán en el debate: la repercusión de Wikileaks en el futuro del periodismo y lo que ha supuesto la publicación de la mayor revelación de documentos secretos y confidenciales en la historia de esta profesión; y la influencia de este contrapoder en la democracia en España y en el mundo. Compara la situación de hace 30 años con la difusión de las filtraciones de esta organización en cuanto a impacto en la democracia y nos proyecta un vídeo sobre lo que ha supuesto este fenómeno y en qué medida va a afectar al futuro del periodismo.

Vídeo sobre las filtraciones
En este vídeo sobre los papeles del Departamento de Estado Javier Moreno nos adelanta que hay "muchísimos detalles, historias, de negociaciones secretas, presiones, maniobras, no sólo del gobierno de EE.UU. por medio de sus embajadas, sino también de los principales políticos, líderes, ministros, jefes de estado de los países afectados" y añade que estos documentos también marcan un antes y un después en la forma de hacer diplomacia, ya que muestran que gran parte de la información es relevante para la opinión y el debate públicos. Su equipo de redacción nos detalla las dificultades iniciales para coordinar calendarios, horas de diferencia y superar esta dificultad que suponen las diferentes líneas editoriales y husos horarios de las publicaciones. En la proyección aparecen varios periodistas de la redacción: Javier Moreno, director de EL PAÍS, Vicente Jiménez, Antonio Caño, corresponsal de este medio en Washington, Juan Martínez Arens, codirector en España, explicando cómo realizaron esta ingente labor de trabajo en equipo.


El trabajo con los papeles del Pentágono
Testimonian que ha supuesto "un trabajo de colaboración, con intercambio de ideas, apuestas, un trabajo excitante, muy complejo, que ha requerido mucha generosidad y rigurosidad de máximo nivel en las historias" y subrayan la importancia de realizar este trabajo en equipo: "se trata de decenas de miles de documentos sobre decenas de temas a su vez sobre decenas de países que obligaban a un esfuerzo de coordinación importante." Estiman que Wikileaks forma parte de un nuevo ecosistema informativo, que ha entrado en una nueva época del periodismo donde los redactores van a tener que lidiar con enormes bases de datos, enfrentarse a retos periodísticos a los que no estaban acostumbrados, a trabajar "con fuentes que manejan no una o dos informaciones, sino, como en este caso, 250.000 informaciones" donde figuran datos que puede comprometer la vida de personas, porque en algunos casos se mencionan referencias de su identidad personal. Javier Moreno sentencia que "la esencia del periodismo consiste en descubrir información que alguien en algún sitio no quiere que se sepa." En el audiovisual testimonian los que trabajaron con estos documentos que lo que Assange les exigía era un buen periodismo y que ellos pensaban ante todo en el interés de los ciudadanos, lo que les ha supuesto la mayor expresión del rigor con que han trabajado. Refieren que su objetivo consistía en "arrojar luz sobre lo que algunos gobernantes quieren que permanezca en la oscuridad." Otra declaración a resaltar de estos testimonios es que vaticinan que los gobiernos se protegerán cada vez más contra estos riesgos de revelación de secretos, como también coincide Ramón Lobo en la charla sobre Wikileaks el 18 de Febrero en el Centro Social La Bóveda cuando opina que los medios se blindarán con mejores avances tecnológicos como respuesta a estas reacciones. "EE.UU. seguirá haciendo lo que hace pero lo tendrá que hacer de otro modo", zanjan estos expertos.



     También mencionan la existencia de fuentes intermedias, donde siempre aparece el periodista. Después de esto aparece Assange con su lema Truth will out, con el que reivindica las exigencias de un buen periodismo y finalmente la intervención de la Interpol. El equipo nos describe las condiciones en que realizaron el estudio inicial sobre el material proporcionado: en secreto, entre 30 y 40 personas en las instalaciones del sótano del periódico de EL PAÍS, un poco hacinados y aislados del resto de los periodistas de la redacción. Estos especialistas subrayan la importancia de relacionar las historias, contextualizarlas, buscarles antecedentes, consecuencias, relaciones para divulgarlas con un sentido lo más completo, significativo y riguroso posible a los ciudadanos. Apuntan que lo más importante para trabajar con este material fue la selección o criba inicial, que estuvo marcada por un escrutinio riguroso de los cables a los que tenían que encontrar puntos en común para interrelacionarlos; son los que llaman "cables colaterales". En EL PAÍS se publicaron estos documentos clasificados por considerarlos información de enorme importancia e interés para los ciudadanos de España y América Latina, concretamente. Pedro Zuazua testimonia que es la primera vez que utilizan internet como soporte prioritario para volcar la información. También se aclara que no hay periodistas analógicos o digitales, sino periodistas, información. Se hace referencia a la quiebra de confianza que se genera con los políticos cuando éstos invierten grandes esfuerzos en amortiguar la labor de los periodistas, como en el caso de Hillary Clinton. Entre otras organizaciones aparece FRIDE, una institución de think thank que expone que estas revelaciones suponen un efecto perverso sobre EE.UU. y que no son buenas en términos de credibilidad e imagen para el gobierno norteamericano, que se da cuenta de que la transparencia es importante para su imagen. De este modo, las revelaciones nos indican lo relevante que son la opinión y el debate públicos para denunciar o actuar sobre las situaciones problemáticas. Declaran que lo que se busca es un acercamiento a la ciudadanía para poner a su disposición todo lo que se considera vehemente y veraz para que actúen sobre esta realidad.



Wikileaks y la democracia
Tras el vídeo, a las 19:00 Javier Moreno comenzó su intervención disculpándose por el retraso por haber asistido a un acto sobre el 23-F y presenta a los directores de New York Times, Bill Keller; Le Monde, Silvia Kauffman; The Guardian, Allan Sanders; y Der Spiegel, George Mascolo. Confiesa que si hubiera tenido tiempo habría participado en algún acto sobre el 23-F y señala el carácter simbólico de que coincida esta fecha con el tema del que tratarán, relacionado con el periodismo y la democracia. Tras una breve introducción sobre el estado de la cuestión concluye que "las revoluciones de Wikileaks han supuesto el mayor acontecimiento periodístico de estos últimos años con un impacto gigantesco global", y valora esta repercusión: "ha sido muy importante en política exterior, geoestrategia y el periodismo". Después, abre la discusión con la pregunta:  "¿Ha revolucionado Wikileaks el periodismo?"


Wikileaks reivindica el buen periodismo
 Javier Moreno pregunta a los otros cuatro representantes si este fenómeno supone una evolución y mejora del periodismo y se cuestiona acerca de si su trabajo va a ser el mismo a partir de ahora. Expone que estas actuaciones han supuesto una reivindicación del oficio periodístico y las habilidades de los periodistas porque buscar información, encontrarla, analizarla y buscarle un contexto son características propias de este trabajo. Pone de relieve la capacidad de transmisión de los cinco medios que han compartido esta exclusiva que refleja la globalización del ecosistema informativo y la importancia de la opinión pública. Reflexiona sobre Julian Assange y clarifica que como fuente ha recibido el mismo tratamiento que cualquier otra que haya llegado a la redacción a la hora de considerarla y editarla. En lo que concierne a la vertiente legal, se duda sobre si Assange puede ser perseguido o no por difundir unas filtraciones que se le han confiado, cuando esto es algo que debe hacer todo periodista: descubrir secretos y comunicarlos. Sobre este tema cito la opinión del Catedrático de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales de la Facultad de Ciencias de la Información de la UCM, Rafael Calduch Cervera, que participó en el debate sobre este mismo tema el 13 de enero organizado por la asociación Hypatia de Físicas UCM titulado: "Wikileaks, ¿chismorreo o revolución?", donde se  donde también se discutió acerca de la proyección de este tema, sobre si quedará como algo pasajero, ligado a una efímera actualidad o si, por el contrario, supondrá un acontecimiento relevante para la historia y para el periodismo. El especialista Calduch sostuvo  en este intercambio de ideas que "la difusión no es delito" según la ley.



El debate
Antes de comenzar, el director de EL PAÍS resume la temática sobre la que opinarán: si la prensa ha hecho lo que debía o si se ha convertido en parte del stablishment, hecho al que apelaría Wikileaks; si están socavando las nuevas tecnologías el periodismo; por dónde pasa el futuro de la prensa y cuáles son sus perfiles en los próximos años; y cómo esto va a afectar a las democracias, cómo van a cambiar.  Pregunta: "¿Cuál será el futuro del periodismo: la prensa o las futuras filtraciones y cómo influirá esta situación en la democracia?". El director de EL PAÍS teme por la desintegración de los aparatos de formación pública o periódicos ante el nuevo panorama periodístico y tecnológico, por lo que considera necesaria una reflexión sobre el origen de la opinión pública y su  relación con la debilitación política. Considera que ésta podría derivar en un auge de los populismos y demagogias, o hacia un fortalecimiento de las sociedades y la transparencia, favoreciendo sistemas democráticos más sólidos.  La siguiente cuestión en torno a la que se articula el debate es: "¿Créeis que Wikileaks va a cambiar el periodismo?, ¿cómo ha cambiado la política exterior, la diplomacia y la geoestrategia?"



La lucha por la transparencia
El director del New York Times afirma que estos días de análisis de los cables ha habido un cambio desde el punto de vista cuantitativo, pero no cualitativo, y que esto es un síntoma de la deriva del periodismo a lo largo de los últimos diez años. Sostiene que se han erosionado conceptos como confidencialidad y no cree que Wikileaks haya modificado sustancialmente la concepción del periodismo. La directora de Le Monde, por su parte, menciona que comprando los periódicos se dio cuenta de su repercusión en la democracia y que este hecho determinó su inclinación por esta profesión. Nos cuenta su experiencia de corresponsal en España del Este, cuando cayó el comunismo y ella cubrió otros casos relacionados con el papel de la prensa y los medios en la construcción de la democracia, p.ej. en Polonia. Afirma que Wikileaks supone un vínculo entre la prensa y la democracia porque los periodistas se encuentran con muchos obstáculos para conseguir transparencia informativa y tienen que luchar continuamente por conseguir documentos oficiales. EE.UU. y Reino Unido tienen sus leyes, pero en Francia o España no están tan claros estos límites y esto supone una problemática constante a la hora de trabajar. Sylvie Kauffman sostiene que el efecto de estas filtraciones ha supuesto una gran importancia en el incremento de la transparencia. Indica que planteaban un problema serio a la diplomacia de EE.UU., que ahora tiene que reformular la clasificación del secreto oficial. El director de The Guardian aborda el tema de la defensa del soldado Bradley Manning y remarca la importancia de acogerse a la Primera Enmienda de la Constitución de EE.UU. Expresa que tenían miedo de no llegar a un mínimo con la llegada de internet y por ello tuvieron que recurrir a la Ley del Libelo. Destaca la fuerza y capacidad de influencia que tienen organizaciones como Wikileaks y el hecho de ser capaces de soslayar el poder del gobierno para llegar a la información es fundamental. Él diría que la gente a la que más afecta es la que no tenía libertad de prensa, como es el caso de los países protagonistas de las revueltas del norte de África. Por eso, añade que es de suma importancia que Wikileaks transcienda las fronteras de un estado y reivindique la justicia y la libertad de prensa. Sentencia que el público que filtra estos documentos es el que otorga el poder a estas organizaciones. El director de Der Spiegel alerta del peligro de que las informaciones secretas acaben en manos equivocadas. También informa que este acontecimiento ha hecho que el público se interese más por lo que sucede en otros países y recuerda que se trata de 251.287 papeles de los que resalta dos características: que no van a desaparecer, lo cual es básico y que ha supuesto un buen ejercicio de cooperación entre los periodistas. También manifiesta que está orgulloso de haber podido contribuir en un esfuezo conjunto y dentro de la competitividad tradicional de la profesión.


Una reivindicación del buen periodismo
EL PAÍS se incorporó en noviembre del año pasado, tres o cuatro meses después de los otros periódicos. Plantea a sus compañeros si decidieron publicar el material íntegro o seleccionado y sobre si el impacto global hubiese sido el mismo si se hubiese publicado el contenido de los cables íntegramente. Él mantiene que esta selección supone una reivindicación del buen periodismo frente a la idea de transparencia y acceso inmediato. El director de Der Spiegel arguye que los documentos en sí mismos no explican demasiado y que hay que elaborar la información y darle un contexto. Explica cómo cuando comenzaron se dieron cuenta de que la mayor parte del material era de Irak y de Afganistán y su decisión de no colgar todo el material al darse cuenta de que cientos de informaciones debían mantenerse en secreto, como en el caso de nombres de periodistas que habían proporcionado información del ejército de Afganistán y de los periodistas implicados en el conflicto. Ramón Lobo, en la charla anteriormente mencionada, también destacó la importancia de proteger a las fuentes o de ocultar la información que pueda comprometer la vida de cualquier persona. El director de The Guardian defiende que es necesario proteger a personas inocentes, disidentes y que no publicaron todo íntegramente para no exponer a la gente a riesgos y que por eso es necesaria una labor de edición y redacción de los documentos. Destaca que es información que no ha hecho daño a nadie. Nos comunica que el impacto de los periódicos, los periodistas, el conocimiento que se tuvo sobre los sucesos en Irak, Afganistán y otros conflictos permitió la inteligibilidad de estos documentos. Julian Assange es consciente de que la gente podría haber utilizado mal los datos, por eso la mediación de los periodistas proporciona una claridad, objetividad y enfoque a los datos en bruto que no habrían tenido hasta ahora. La directora de Le Monde argumenta que gran parte del éxito de Wikileaks se basó en las selecciones y en el hecho de que se añadiera información que manejan los expertos, lo cual supone un punto importante en la credibilidad de estas informaciones. Supone que en cierto modo ha inhabilitado la función  tradicional de los periodistas. El director del NYT considera que el trabajo es fruto de una elaboración y un juicio propios donde consultaron con la organización para decidir si publicar o no ciertas noticias. En ese momento, el micro se le corta y dramatiza: "Mmmm... Creo que Assange está saboteando el acto". Opina que todos podemos aprender de esto y que es necesario convertir los archivos o datos puros en información significativa y relevante para el ciudadano.

Las reacciones
El director de EL PAÍS testimonia que la ciudadanía exigía que publicaran todo en sus cartas al director. Su siguiente punto es: "¿Qué revela esa presión del periodismo en España y EE.UU.? Él refiere que reprochaban en línea a algunos periodistas el hecho de publicar estos datos, pero que con el tiempo esas objecciones disminuyeron y estas interpelaciones cesaron.  El argumento que esgrimían acerca de que no era interesante lo publicado porque ya se conocía se fue modificando hacia una visión de esta información como algo educativo, instructivo, según explica Moreno, porque, -sostiene-  "cuando la gente lee más sobre política y relaciones internacionales más importancia les dan a estos hechos". La directora de Le Monde explica la reacción estatal en Francia donde el estado es muy influyente. Allí, el público no entendía cómo se publicaba la información secreta de estado, circunstancia que estuvieron cuestionando durante la primera semana. Por otro lado, los antiguos ministros de asuntos exteriores y varios funcionarios protestaron porque una empresa francesa albergaba a Wikileaks. Un antiguo ministro de industria trató de impedirlo, infructuosamente, y luego intentó buscar apoyo americano, pero éste se lo denegó. Posteriormente, tras una semana hubo un gran debate que influyó en esta situación. Durante la segunda semana comenzaron a notar un cambio y pensaron que habrían ganado ya el argumento, también  apreciaban que las Cortes eran menos contundentes en su oposición y con el tiempo se fueron publicando por internet versiones diferentes de la tradicional.


La sección internacional es decisiva
El director de The Guardian sostuvo con firmeza que "cuanto la gente lee más sobre relaciones internacionales más se mejora la democracia y la civilización" y confesó que una de las dudas era sobre si publicaban sobre Yemen, ya que estaba en primera línea en la llamada guerra contra el terrorismo y se pensaba que si se publicaba esto afectaría a esta lucha. Ahora se dan cuenta de que ha sido una buena decisión. Debían de hablar  también de casos de Oriente Medio, de cuestiones que debían ser debatidas. Trae a colación el diario Pravda, donde se comenta la posibilidad de que The Guardian sea la tapadera de la CIA. El director de esta cabecera piensa que la reacción es externa, que el debate está muy polarizado y que son normales estas reacciones. El director de Der Spiegel cree que los demás periodistas consideraban imposible hablar de los papeles de Wikileaks y estaban resentidos con el gobierno americano por no proteger información confidencial., pero se descubrió que esta reacción era exagerada. Determina que "lo que nos caracteriza como periodistas es qué se puede publicar y qué no". Comenta las actitudes del Huffington Post y un periódico noruego, que buscaban crear polémica criticando la actuación de estos medios. El director del NYT expone que algunos senadores reaccionaron de forma excesiva para criminalizar estas difusiones y confiesa que no les gustó que se publicase pero que lo tenían que contar. La directora de Le Monde reconoce que su reacción fue excesiva y recuerda que hay más periodistas que publican estas filtraciones como el caso de un periódico suizo que ha publicado algunos de los cables y de otros rotativos que piensan publicar algunos aún inéditos.



El director de EL PAÍS, por su parte, comunica que la reacción del gobierno español fue contenida, profesional y que aunque estos datos no dejaban e buena posición al gobierno éste ha reaccionado viéndolo bien. Súbitamente en el twitter aparece la siguiente frase: de Ryszard Kapuscinski:  "El trabajo de los periodistas consiste -faltaba aquí: "no en pisar las cucarachas, sino"- en prender la luz para ver cómo se esconden las cucarachas".

La situación de Manning y Assange
El director de The Guardian expresa su preocupación por la situación y el futuro del soldado Manning y de Assange. Acogiéndose a la Primera Enmienda establece que la reacción del gobierno es cautelosa. Manifiesta la importancia de proteger a Manning y Assange. El periodista del NYT refiere que si se persiguiera a Assange fracasaría el gobierno americano. Moreno pregunta si Assange es sólo una fuente, una buena fuente o si es también periodista, director de un medio de comunicación y editor, y por tanto con los derechos y seguridades propios de los medios tradicionales de comunicación. El director de The Guardian contesta que esto explica bien su situación, que es intermediario, no fuente, editor y empresario, que explota de manera diferente estos papeles, y que sería ridículo juzgarle sin juzgarles a ellos mismos: "sería ridículo que castigasen a alguien que favorece la libertad de expresión y la democracia en Oriente Medio". También expone que es importante que tenga la cabeza tranquila. El director de Der Spiegel razona que debería estar protegido, ya que para él Assange fue la fuente, no el editor y por este motivo defiende que debería protegerle la Primera Enmienda. La directora de Le Monde coincide con el director de Der Spiegel y opina que hay que darle crédito a Assange por el material facilitado, que como fuente de información hay que protegerle. El director de NYT piensa que le han tratado como fuente, salvo el embargo que tenía de publicación y que además de fuente fue tema de opinión. El director de EP expone que en el futuro recibirán filtraciones de WikileaksOpenleaks y otras fuentes de manera organizada y que el gobierno establecerá sus derechos de manera legítima. "Es legítimo que el gobierno no funcione con total transparencia siempre y cuando no escondan mentiras o engaño a sus ciudadanos".

Compartir archivos
Javier Moreno pregunta si ha habido dropbox (una plataforma donde los usuarios comparten archivos) y sobre si sería un impuesto sobre la manera de trabajar con Wikileaks y el periodismo en el futuro, sobre cuál será la labor de los periódicos. El director del NYT estima las posibilidades de organizar un dropbox donde la gente pudiera ofrecer secretos. Razona que, así, gente con recelos podría hacerlo y expone el problema de la verificación de documentos de fuentes anónimas. El director de The Guardian testimonia que llevan años de experiencia con dropbox en su experiencia publicando filtraciones. La directora de Le Monde expresa su acuerdo con esta manera de trabajar y se pregunta cómo investigar sobre los papeles, considerando que hay otras maneras de investigar. El director de The Guardian se cuestiona acerca de cómo garantizar la seguridad laboral y afirma que quieren publicar en países donde no hay libertad de prensa. Piensan en cómo desarrollar tecnologías como Wikileaks u Openleaks.



Wikileaks y las revueltas de África
El director de EP refiere el impacto de las revelaciones sobre las revueltas del mundo árabe y mantiene que la revolución tecnológica juega un papel coadyuvante en las revueltas sociales en Túnez y el mundo árabe. Pregunta: "¿Por dónde puede transcurrir la tecnología y la gente que quiere luchar por la libertad para poner en marcha y mantener los movimientos del mundo árabe?". Se trata de gente que lucha por la libertad y cada vez tiene más información de lo que sucede en el mundo. La directora de Le Monde expone que cuando estaba en Moscú había un periódico ruso, el Sam-is-dat, con una tirada de entre unos 60-70.000 a 100.000 ejemplares y que en estos años ha incrementado su influencia a millones de usuarios gracias a internet. Por eso cree que el poder del medio es extraordinario y que su función en el mundo árabe juega un papel determinante. Sentencia que las revoluciones se hacen con gente, que no se trata sólo de comunicarse a distancia con Facebook, que ejerce un efecto sobre el público, la velocidad de transmisión y su amplitud, pero que no es todo. Anuncia que el efecto en Francia de Túnez ha sido inesperado, con imprevisibles reacciones por parte del gobierno y las relaciones con la familia Ben Ali y al leer los cables comprobamos la diferencia. El director del NYT expone también que estas reacciones imprevisibles del gobierno las recogía el Sam-is-dat y que el Facebook como organización también funciona así y reconoce que el movimiento ha sido mucho más rápido gracias a la tecnología. El director de Der Spiegel expone que se necesitaba controlar la información, que es una herramienta y que no se trata sólo de información y que los opositores allí tienen teléfono y acceso a Facebook, que internet tiene una gran capacidad de contrapoder y que al poder esta circusntancia también le permite controlar la información y que no se sabe cómo terminará. El director de The Guardian opina que ninguno puede publicar en China ni en Rusia y que ambos son asesinados por hacer su trabajo. Opina que la influencia del  poder puede ser aplastante, pero que internet está ahí para responder a estas opresiones.  Sostiene que estos soportes  informáticos deben ofrecer información abierta. Allan Rusbridger mantiene que el periodismo ciudadano y de los medios de comunicación deberían aproximarse y que este límite se va difuminando con el tiempo, que hay que dar más importancia a lo que ofrecen los ciudadanos que tradicionalmente. El director de The Guardian comenta cómo comenzó a publicar en árabe como experiencia en Egipto y que el diario era leído en Washington y otros países por igual. Añade que la gente debe discernir qué es información creíble y qué no.

El futuro del periodismo
Ante la siguiente cuestión que plantea Moreno: ¿Cuál es el futuro del periodismo, negocio o industria periodística. Hay sistemas abiertos o cerrados de pago o gratuitos? el director del NYT piensa que no desaparecerá este oficio porque hay muchos periódicos, que el propio periódico ha acabado con la profesión, que la principal amenaza son los propios periódicos y que el futuro aún no está inventado, está en la red. Estima que se ha inventado más el futuro que su modelo de negocio y nos adelanta que a finales de este año 2011 se va a implantar el periodismo de pago. El portavoz de The Guardian precisa que una parte económica del periodismo no está relacionada con el periodismo, que el poder y la influencia del periodismo va a ser mayor de lo que pensamos y que cuanto más se puedan conectar en el sistema de ecoinformación multidisciplinar podrá hacerse un mejor periodismo. Destaca la importancia de dar sentido, contexto y la importancia de poder ser leído en todo el mundo. Argumenta que esto es lo que pretenden cuando piden que el público pague, aunque si ponen de pago y dejan de leerlo los lectores se pierde la conexión y desde el punto de vista del público no resulta atractiva la cuota. Defiende no tanto el negocio como la calidad y capacidad de conectar con la mayor parte de la información. La representante de Le Monde defiende el modelo mixto de financiación. Comenta que la primera historia en Libia decidieron hacerla gratis para aumentar los lectores y entiende que cuando tienes un contenido bueno o excepcional tu objetivo es la máxima difusión, pero  teme que será diferente si nadie se esfuerza por conseguir que esto funcione. El director de Der Spiegel avisa que cobrará cuatro euros por ejemplar a finales de este año, y que el próximo subirán precio razonando que "por qué va a costar menos una revista que un café de Starbucks", que hay que pagar a los redactores y que para hacer un periodismo excelente se necesita dinero. Para mejorar esta situación piensa que  una alternativa consistiría en elaborar un contenido de las revistas diferente del online y concluye que esta es una manera de promover un buen periodismo. El director del NYT se adhiere a esta opinión y cree que es necesario que la gente pague, 75 centavos, como antes, o 2 euros.

La adaptación a nuevos formatos
La última pregunta: ¿Cómo se adaptan el nuevo formato digital al iPhone o iPad? la aborda el periodista del NYT, que opina que van a popularizarse estos nuevos modelos, pero que ignora si cambiarán las reglas del juego. Compara esta situación con la descarga de música gratuita, y con el hecho de que con el ipad, la gente ahora paga por descargar y entiende que merece la pena. El director de The Guardian considera importante que negocien Google y Apple con los abonados para que  entren en el escenario. Sostiene que esto supone cambiar las reglas del juego y que hay una diferencia entre browser e iPad que tiene que ver con la portabilidad para las diferentes funciones. El acto termina a las 20:40 y no hay turno de preguntas. Cierro esta crónica con una cita de John Pilger:

"El hombre fuerte era el general Ralph Darling; y el desafío de Hall a la autoridad en las páginas de su periódico, su "insurrección", le valió mucha ira y sufrimiento. Sus campañas a favor de los derechos de los convictos y de los presos liberados y su denuncia de la corrupción de funcionarios, magistrados y gorrones del gobernador le hicieron blanco de las leyes draconianas del delito de difamación. Recibió la condena automática de jurados militares cuyos miembros había seleccionado personalmente el general Darling. Hall pasó más de un año en la cárcel, y desde una pequeña celda iluminada por una sola ventana enrejada y asediado por los mosquitos, continuó dirigiendo el Monitor y denunciando la venalidad oficial. Que Darling fuera reclamado en Londres y la libertad de expresión arraigara en Australia lo lograron Edward Smith Hall y otros periodistas como él. Basta de mentiras, John Pilger.

PARA SABER MÁS

EL CABLEGATE. WIKILEAKS: TOP SECRET. LAS MENTIRAS DEL ESTADO DE DERECHO AL DESCUBIERTO- http://www.wikileaks.ch/

Las filtraciones explicadas por los cinco medios en los que confió Wikileaks inicialmente:






Documental sobre Daniel Ellsberg y las filtraciones del Pentágono, hacia 1971:

Debate de Hypatia del 13 de Enero- Wikileaks: ¿chismorreo o revolución?

Mesa redonda: Wikileaks: ¿cambio de conciencia?
Archivo de audio del debate: El futuro del periodismo: Wikileaks, revoluciones y el nuevo escenario informativo en el Auditorio del Museo Reina Sofía de Madrid

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